La Flor de Nieu es una conocida flor de alta montaña de color blanco y abundante pilosidad lanosa. Es una flor compuesta, como las margaritas, lo que quiere decir que sus flores, diminutos tubos amarillos, están agrupadas en capítulos, en grupos de 30 a 60 que, a su vez, están reunidos en grupos de 7 a 9. Alrededor de este conjunto se sitúan lo que parecen pétalos y que, en realidad, son brácteas, blancas, lanosas y situadas en estrella. Las flores del capítulo son hembras y machos: las primeras se sitúan en la periferia del grupo; las segundas en el centro, con el polen amarillo. La semilla está provista de largos pelos -un vilano- para poder dispersarse con el viento. La pilosidad que la caracteriza le sirve de aislante ante las variaciones extremas de temperatura en la alta montaña, de hasta 50 grados en un día. La defienden de una excesiva transpiración. Hay que tener en cuenta que el suelo de la montaña no suele ser profundo y su pendiente impide que el agua se acumule, los fuertes aires desecan las plantas y las erosionan. Por otro lado, el color blanco y la pilosidad reflejan la fuerte radiación ultravioleta, al tiempo que atrae a los insectos que han de polinizarla.