Taxus baccata L.

ARAGONÉS                       Taxo
CASTELLANO                    Tejo
CATALÁN DE ARAGÓN    Teix

Árbol de hasta 18 m. de altura, que más normalmente mide entre 4 y 10 m. El tronco es recio con corteza que se desprende en placas. Las hojas son alargadas y estrechas, de hasta 3 cm. de longitud, similares a las del abeto, aunque más suaves al tacto. Son de color verde oscuro por el haz, lo que da al follaje un tono oscuro, y más claras por el envés. Se juntan a la ramilla por medio de un rabillo que parece pegado a la misma. El fruto, que tienen los árboles hembra pues es especie dioica, es un pequeño hueso ovoide –la semilla–, rodeada, salvo por la punta, por una parte carnosa que en la madurez toma un color rojo vivo característico.

El taxo crece en zonas calizas con algo de humedad: barrancos, laderas umbrías, claros de abetal, hayedo o robledal. Principalmente entre los 1000 y los 1750 m. de altitud. En Aragón se encuentra en zonas de montaña del Pirineo y del Sistema Ibérico. Fuera de Aragón, es una especie de distribución europea y también se halla en el oeste de Asia y norte de África, en poblaciones a menudo aisladas, sin seguir una distribución homogénea.

El taxo es un árbol venenoso debido a la taxina, un fuerte alcaloide, lo que no impide que los sarrios o las cabras coman parte de su ramaje en inviernos crudos. Los frutos son del gusto de aves y zorros, que aprovechan el arilo, la parte carnosa roja, y expulsan la semilla después de pasarla por el tracto digestivo. Esto permite que el árbol se reproduzca, pues la cáscara que la protege es demasiado dura y los ácidos de los estómagos la ablandan y permiten que germine sin dificultades. No obstante, en las zonas en las que abundan los tejos es fácil ver a los niños y niñas comer los mentados arilos, pues tienen buen sabor.

La sombra de tejo se ha considerado mala desde tiempos antiguos, por ejemplo, por Dioscórides, frente a la del pino, que es buena. Ovidio describió el camino al infierno bordeado de tejos y, de hecho, es el árbol de los cementerios en la zona de tradición celta, no así en la mediterránea, que se inclina por el ciprés.

Su madera  ha sido apreciada desde siempre y con sus ramas se realizaban los mejores arcos, lo que llevó a que fuera considerada especie estratégica en la guerra de los Cien Años, entre ingleses y francos. No es fácil encontrar ejemplares silvestres de gran tamaño, seguramente debido a su toxicidad, pero habría que señalar algunos declarados árboles singulares en Aragón como los siguientes: el teix del barranco Sacos de Bielsa; los taxos de la Foya de los Ingenieros, de Linza, de Mazandú y de la Mina en Ansó; el taxo de Lasieso en Biescas; el tacho de Pomardán en Bailo; el taxo d’a Mirona en Fanlo; el tejo de los Charcos en Manzanera; el taxo de Lapazosa en Torla; el teix del barranc del Corv de Beseit / Beceite; y el tajo del barranco de las Tejedas en Noguera, que, por cierto, explica en el topónimo la existencia de bosques de tejos en esa zona.

Para saber más de los árboles singulares de Aragón, puedes entrar en este enlace.

Los nombres comunes taxo, teix y tejo, con sus variantes en Aragón, teixo, tacho, texo y tajo provienen del latín taxus. Se suele derivar del griego toxon ‘arco’, pues es una madera apreciada desde la antigüedad para fabricar arcos. Otra teoría lo relaciona con la palabra también griega toxikon ‘tóxico’, por sus propiedades venenosas, aunque su origen es toxikon pharmakon «veneno para las flechas» del arco, pues con taxo emponzoñaban las flechas los arqueros griegos.

¿Cómo distinguirlo de otras coníferas?

De los pinos, porque en estos las hojas crecen a pares y en el tejo nacen solas de la ramilla. Las hojas de abeto, más parecidas, se insertan en la ramilla con una especie de ventosa, frente al pecíolo alargado sobre la misma del tejo. Las rayas blancas del envés en el abeto son muy vistosas, no así en el teix. En los jardines, de las píceas, porque éstas tiene las hojas más redondeadas, no tan planas y, si nos fijamos, veremos piñas colgantes que el taxo no tiene. De los cedros o del alerce, porque sus hojas crecen en grupos de decenas y las del teix, ya hemos dicho, que son solitarias. Del enebro, porque pinchan y las del taxo son suaves. El fruto es totalmente diferente de toda ellas, en general, piñas.

Observa las hojas de las fotos y podrás diferenciar  cuáles son las del taxo.