Aquila chrysaetos L.

ARAGONÉS                       Alica crabitera
CASTELLANO                   Águila real
CATALÁN DE ARAGÓN   Àliga

La mayor de las águilas que vuelan en Aragón tiene una envergadura que ronda y supera los dos metros de anchura. Su silueta asemeja a un alargado rectángulo, con la cola de buen  tamaño. Vuela a menudo recta, con potencia y pocos aleteos, lo que permite observar bien la silueta y diferenciarla de otras grandes rapaces, como el buitre (cola corta, borde frontal de la silueta sinuoso) o el quebrantahuesos (larga cola romboidal, alas menos rectangulares, finas, negras, cuerpo rojizo o claro). Cuando realiza picados, para cazar o durante la época de celo, sin embargo, recoge las alas y vuela con sorprendente rapidez y fuerza. El color del plumaje en los adultos es pardo, bastante uniforme. Los subadultos son más contrastados, pues tienen manchas blancas en la parte inferior de las alas y también en la parte de la cola más cercana al cuerpo, muy visibles.

 

Podemos encontrar alicas crabiteras por todo Aragón, más abundantemente en áreas de montaña y menos en llanuras cerealistas, donde carecen de lugares adecuados para nidificar. Desde una perspectiva global, es común en el hemisferio norte; en las áreas más frías, solo en la época de cría. En algunas otras zonas, como el interior de Norteamérica o al norte del mar Negro, se refugian durante los inviernos. En África vive en el noroeste y en algunas áreas de distribución aisladas en Etiopía, Mauritania, Libia y Mali.

Cazadora mítica, se alimenta de aves y mamíferos. Entre las primeras, caza desde picarazas a garzas o garrapescaires, u otras rapaces diurnas y nocturnas. Los mamíferos preferidos son los medianos más abundantes, como conejos, en los paisajes más llanos, lo que ayuda a su control, rabosas o zorros, liebres y, en la montaña, liebres europeas, marmotas y crías de sarrio, aunque no es raro ver acosar a sarrios adultos en los acantilados, con el fin de hacerlos precipitarse. No desdeña las carroñas, por ejemplo de jabalí.

Anida allá donde tenga cortados aptos. También en árboles grandes, como los pinos carrascos de la depresión del Ebro. En las zonas montañosas suele preferir situar los nidos en las partes bajas, para no tener que elevar las presas. No obstante, hay nidos excepcionales en el Pirineo aragonés hasta los 2.500 metros de altitud, en zonas de tasca con sarrios, que suben hasta los 3.000 metros.

El latín aquila está detrás de los nombres comunes de la especie: águila, alica, àliga. El apellido real es un cultismo que hace referencia al valor simbólico del águila, común a lo largo de la historia en las culturas más diversas. Crabitera es un adjetivo que define su costumbre de cazar crabitos o cabritos, y equivale al nombre común castellano águila chivera. Las rapaces, en la cultura popular, se clasifican, a menudo, por su dieta y, dentro de esta, por su incidencia en la economía. Así, las alicas cazan crabitos. Las rapaces medianas, como los esparbers, falcons o milanos, cazan gallinas (uno de los nombres del aragonés occidental es alforrocho, relacionado con el árabe al furrug, al farrug ‘pollo, gallina’). Las rapaces pequeñas, por su parte, cazan pájaros o ratones; así, esparbero, referido a ‘gavilán’, desde el germánico sparo, e ixorigué, del latín sorex ‘ratón’.

Águila, áliga, aliga y alica son nombres comunes en la toponimia aragonesa: Aguilar, Aguilás, Roca de l’Áliga (Montanuy), Pico Aligas (Bardaxí), Niu de l’Aliga (Castillonrroy), Font de l’Áliga (Vallderroures), Morrón de l’Áliga (Santallestra), Peña de l’Aliga (Sabiñánigo) o A Fuente Os Alicastros (A Sotonera) son algunos de los muchos ejemplos que podemos encontrar. En ocasiones, no derivan de Aquila, sino de aliaga, la planta (L’Aligar de Lanaja, por ejemplo).