Bubo bubo L.

ARAGONÉS                      Bobón
CASTELLANO                   Búho real
CATALÁN DE ARAGÓN   Duc, mussol

El bobón es una gran rapaz nocturna, cuya envergadura supera el metro y medio. De color pardo, cabeza grande con “orejas», penachos de plumas y ojos rojo anaranjados. Vuelo silencioso, como todas las rapaces nocturnas, pero poderoso. Tiene una cara de «radar». La forma de las plumas de la cara de los búhos sirve de especia de radar que capta hasta el más mínimo sonido. Como los radares, su cabeza es capaz de girar hasta 270 grados y barrer todo el espacio sonoro. Tienen para ello 7 vértebras cervicales más que nosotros. Las orejas, sin embargo, sirven para mostrar su estado de ánimo entre congéneres. Plumas silenciosas. Los bobons tienen varios mecanismos que les permiten volar en silencio y sorprender a sus presas. El primero, una cresta de plumas rígidas en el borde delantero del ala; el segundo, una franja flexible al lado contrario, en el borde exterior, y, además, entre ambos bordes, por la parte superior, una superficie suave y aterciopelada. Todo ello ayuda a que su vuelo sea inaudible.

Vive en todo tipo de medios naturales, desde la estepa a la alta montaña, aunque en todos ellos escasea. Anida en repisas de roquedos; puede buscar la protección de vegetación; no busca siempre lugares inaccesibles. En Aragón se encuentra disperso por todo el espacio. Hay estimaciones que calculan su población en algo más de 150 parejas. Desde una perspectiva global, es especie euroasiática, aunque falta en parte de Europa occidental. En esta distribución se puede apreciar que vive igual en desiertos, estepas, zonas boscosas y montañas.

Antonio Arenas Ramírez / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)

Come mamíferos y aves, en ocasiones, piezas menores que pueden incluir peces. Dentro de su dieta se encuentran las aves rapaces que compiten con él por los mismos recursos. Es un ave rechazada por el resto de la ornitofauna, que no dudan en atacarla, hostigarla e incluso cazarla, si la descubren en sus escondites diurnos. Puede cazar conejos en la depresión del Ebro o grandes liebres europeas en los puertos de montaña. Si la presa lo permite, la traga entera; más tarde regurgitará una pelota de pelos y huesos que se conoce como egagrópila. Gracias a las egagrópilas se puede saber con certeza la dieta de las rapaces nocturnas. 

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Una técnica de caza tradicional consistía en colocar un búho de reclamo para que aparecieran otras aves a atacarle. Si el visitante era la pieza deseada, acababa cazado. A las palomas, sin embargo, parece no gustarles la vecindad de un bobón y por eso se venden figuras con su forma para espantarlas. En otros tiempos y en tierra de conejos, quien conocía un nido de bobón comía conejo, mientras duraba la cría de los pollos. Impedían que los pequeños comieran las presas aportadas por los padres y las robaban para provecho propio.

Sus nombres comunes están relacionados con el latín Bubo, que, a su vez, es una onomatopeya del canto. Así bobón, bubón, bugo, bu, etc. Duc, en catalán y francés, significa ‘duque, jefe’, y lo es, sin duda, entre la avifauna. En aragonés cheso es babueso o bagüeso, seguramente derivado también de bubo. Mussol, por su parte, es palabra genérica, equivalente al castellano mochuelo, al aragonés muchuelo, al occitano nossol. Su etimología deriva del latín noctuolus, diminutivo de noctua ‘lechuza’, a su vez, relacionado con nocte ‘noche’, pues ya sabemos que son todas aves nocturnas.

Aves nocturnas de la misma familia (estrigiformes) que crían en Aragón

El mochuelo, en aragonés muchuelo, en catalán mussol (Athene noctua). Es pequeño, sin orejas, rechoncho. Prefiere la depresión del Ebro, los somontanos sin subir mucho en altitud por las montañas. Es típico verlo en el tronco de una olivera o de una almendrera, quieto.

El autillo, cholibeta o xot (Otus scops). Es pequeño también, pero más delgado, con orejas y figura algo cómica, y ojos amarillos. Tampoco sube por las montañas, aunque puede criar en los pueblos. Es migrador, llega en marzo y pinta el paisaje nocturno con su canto monótono, que le ha valido muchos de sus nombres comunes: otus, scops (griego), xot, chuta, tudo, clluc, etc.

Autillo

 

La lechuza, choliba u óliba (Tyto alba). Es blanca, mediana, con el lomo dorado. Antes era habitante de todos los pueblos y campanarios, ahora es mucho más escasa. Tenía fama de que bebía el aceite de las iglesias.

El búho campestre, choliba parda o mussol (Assio flammeus). Al contrario que la cholibeta o autillo, está en invierno y cría en el norte de Europa. La choliba es propia de zonas abiertas.

El cárabo, crabero o gamarús (Strix aluco). Es un búho de mediano tamaño, más forestal, aunque a menudo cría en los pueblos. Su canto, se dice, imita al de un cabrero que llama a su rebaño; de allí lo de crabero o crapero, pero la cercanía de las palabras cárabo, gamarús y crabero relegan esa teoría a una etimología popular.

El búho chico, craberet o mussol (Asio otus). Como su nombre indica, parece un bobón, pero es más pequeño y fino; también tiene orejas. Gusta de bosques claros, sotos fluviales y no desdeña los parques. No sube mucho por la montaña.

El mochuelo boreal, muchueleta o mussol pirinenc (Aegolius funereus). Descubierta en la Península a finales del s. XX, vive en los más altos bosques pirenaicos, de pino negro, abeto o pino royo. Es una joya faunística propia del norte de Europa y de montañas frías. Asemeja tanto a una pequeña lechuza como a un mochuelo de curiosa mirada; por ello sus nombres comunes castellanos (cultos, pues no tiene nombre popular) han cambiado entre lechuza de Tegmalm y mochuelo boreal. En aragonés tiene nombres populares, muchueleta, que, a pesar de lo que parece, hace referencia a una pequeña lechuza, y muchuelo de pinada. Esto es posible porque su canto es muy característico y, una vez descubierta, no suele huir.