Fringilla coelebs L.

ARAGONÉS                        Pinchán
CASTELLANO                     Pinzón común
CATALÁN DE ARAGÓN     Pinsà comú

El pinchán es un pájaro mediano, como un gorrión, con la cola más larga. El macho tiene el pecho rojizo, la cabeza gris, el lomo, en parte, pardo y las alas con negro y blanco, como la cola. Cuando vuela, muestra dos franjas blancas en cada ala, entre el negro, y dos estrechas líneas blancas a ambos lados de la cola, que son muy reconocibles. La hembra es más gris, en general, aunque con el mismo diseño. La parte trasera de la cabeza, siendo redondeada, es algo angulosa, lo que también permite distinguirlo.

En Aragón puede encontrarse allí donde haya árboles, por lo que es más abundante en las montañas ibéricas y pirenaicas que en la depresión del Ebro. Su distribución global cubre Europa, norte de África, Anatolia, Macaronesia (Canarias, Madeira, Azores) y, como veraneante, Escandinavia, Rusia y hacia el este hasta el centro de Asia. También hay países en los que está presente en invierno, como el norte de Egipto. Además, ha sido introducida en Nueva Zelanda y Sudáfrica.

Su pico es recio y fuerte, propio para una dieta de semillas y de insectos. Las diferencias en la forma del pico de varias especies de pinzones se hallan en los orígenes de la teoría de la selección natural de Charles Darwin. Cuando Darwin volvió a Inglaterra de su viaje a las islas Galápagos, trajo una serie de ejemplares de lo que se clasificó como género Geospiza, conocidos  más tarde como los pinzones de Darwin. Las diferencias entre las formas de sus picos se explicaron por especiación de una misma ave distribuida en islas con diferentes recursos alimenticios, lo que dio lugar con el tiempo a especies diferentes adaptadas a sus respectivos hábitats. Se trata de uno de los mecanismos descritos por el insigne naturalista dentro de su teoría de la selección natural.

Puede consultarse este enlace.

Vive asociado a los árboles, desde los de montaña a los de llano, sotos o sierras, huertos y jardines. A partir de septiembre, vienen desde el norte muchos pinzones de paso o a refugiarse de climas más fríos. Suelen verse bandos de decenas de pinchans por setos, bosques y campos, esperando la vuelta a sus áreas de cría. En marzo toca la migración de sur a norte y, con este paso, todavía son más abundantes, pues a los pinzones  locales y a los que se refugiaron aquí se suman los que suben desde latitudes más cálidas. En esos bandos es común ver una mezcla de fringílidos, la familia a la que pertenece el pinchán, como verderones, gafarrons, picogordos, pardillos o cardelinas.

En Macaronesia (Canarias, Madeira, Azores), el aislamiento, debido a la insularidad, ha producido cinco subespecies de Fringilla coelebs: una en Azores, otra en Madeira y tres en Canarias. En las fotografías puedes ver machos de la de Madeira (maderensis), de la de La Palma (palmae) y de la de Azores (moreletti), además de la subespecie de Eurasia (coelebs). A primera vista no son fáciles de distinguir, pero observando un poco podrás ir anotando algunas diferencias.

Su canto, una vez identificado, es de los más fáciles de reconocer entre las aves, pues tiene poca variación y se repite mucho cuando es la época (más en primavera y verano que en otoño e invierno). Eso sí, hay diferencias regionales y, como has podido leer en los enlaces sobre la descripción del pinchán de Gran Canaria, el canto fue uno de los factores que permitieron descubrir esa subespecie.

Nombre

Pinchán, pinzón, pinsá derivan del latín pincio, que, a su vez, es una onomatpeya de su canto. Se trata de un nombre que comparten numerosas lenguas europeas: en alemán fink; en inglés, finch; en bretón, pint; en corso, pincionu; en danés, finke; en frisón, fink; en galo, pinc; en húngaro, pinty; en holandés, vinke; en occitano, quinçon; en romanche, fringhel; en sueco, fink; en checo penkava; en picardo, pinchon, muy parecido al aragonés pinchán.

Origen

Fringilla es también palabra latina,  fringilla y fringuilla denominaban al pinchán. Se piensa que tiene relación con frigere ‘producir un ruido chisporreante’, relacionado, a su vez, con la voz freír. Coelebs, por su parte, aunque palabra latina, es responsabilidad de Linneo, el padre de la taxonomía biológica, que le dio nombre científico al pájaro, en el año 1758. Como era sueco, estaba acostumbrado a ver migrar en invierno a las hembras y los jóvenes de la especie, mientras quedaban en su país bandos de pinzones machos, solteros, célibes, caelebs, coelebs, palabras que, a su vez, vienen del sánscrito kébalah ‘solo’.