Lagopus muta subsp. pyrenaica Hartert

ARAGONÉS                      Gallineta blanca
CASTELLANO                   Lagópodo alpino
CATALÁN DE ARAGÓN   Perdiu blanca

La gallineta blanca es una joya de la fauna peninsular. Con una longitud de cola a pico de unos 35 cm. y peso de medio kilo, tiene dos plumajes bien diferentes, según la estación en la que se encuentre. En invierno es blanco como la nieve en la que vive, salvo la cola negra que escasamente se ve, un plumaje denso que aísla y protege. En el macho en celo destaca una ceja roja sobre el ojo. En verano adquiere colores pardos que la hacen invisible en los roquedos de alta montaña o entre los matorrales de rododendro; las partes inferiores se mantienen blancas. Las plumas cubren patas y dedos protegiéndola del frío y facilitando el desplazamiento sobre la nieve. Tienen también plumas cubriendo los orificios nasales para templar el aire que respiran.

La distribución de la gallineta blanca es consecuencia de los grandes cambios climáticos de las últimas decenas de miles de años. Hace 20.000 años el clima del continente era mucho más frío y seco, los glaciares pirenaicos estaban bien desarrollados y la glaciación Würm estaba cerca de su final. En ese periodo tres glaciares de circo ocupaban el Moncayo. Con ese clima, la perdiu blanca se extendía también por el Sistema Ibérico y por gran parte del continente europeo. Con la llegada del clima templado, hace 10.000 años, la gallineta tuvo que ir retirándose en altitud en busca de las mismas condiciones que le son favorables; así quedó arrinconada en el Pirineo y en la cordillera Cantábrica, aislada del resto de poblaciones europeas, como la que se refugió en los Alpes, la de Escocia o las escandinavas. Evolucionaron, de este modo, hasta convertirse en subespecies diferentes: pyrenaica, helvetica (Alpes), millaisi (Escocia), muta (Escandinavia) y, así, hasta 23 subespecies que ocupan el mapa de distribución global.

Come vegetales, hierbas, grano, frutos y algunos insectos. Los pollos, sin embargo, son más insectívoros, pues las proteínas animales les permiten desarrollarse con más seguridad y rapidez; son nidífugos, andan al poco de nacer. Es también lignívora, es decir, come madera; para transformar la celulosa tiene un aparato digestivo con una flora bacteriana especial. 

Vive en la alta montaña pirenaica, por encima de la línea de bosques, en lugares rocosos y tascas. La tasca es la pradera de alta montaña, palabra aragonesa equivalente a las francesas alpe y alpage, aunque alpe se ajusta tanto o mejor a la aragonesa puerto. La tasca define los pastos del Piso Alpino.

La perdiu blanca sobrevive camuflándose, pues es un bocado apetecido de predadores de todo tipo, desde rapaces a rabosas o armiños. Cuando se pasa a su lado, prefiere agacharse y pasar desapercibida a volar y dejarse ver por ojos indiscretos en un terreno, el de alta montaña, abierto y diáfano. Esa costumbre supuso su pérdida en otros tiempos, pues los pastores, que la conocían bien, la podían cazar con la simple ayuda del tocho o vara. En la actualidad la caza, siendo un problema, no es significativa, pero la abundancia de personas por la montaña, sí. En verano, porque no permiten, permitimos, que críe en paz; en invierno, porque la obligamos a gastar las pocas reservas que tiene para pasar la estación fría, que, en esas alturas, dura muchos más meses que en el llano. Todo especialmente agravado por la presencia de perros sueltos.

Las perdius blancas de la cordillera Cantábrica se extinguieron tal vez a comienzos del s. XX. Las del Pirineo sobreviven entre Francia, Andorra, Navarra, Aragón y Cataluña, pero en un estado de declive que presagia un futuro incierto. En Navarra solo queda o quedaba una pareja. A las molestias humanas directas, que no son pocas, se suman algunas indirectas. Por ejemplo, la basura o la comida facilitada a rabosas y armiños en alta montaña potencia este tipo de predadores en perjuicio de sus presas naturales. Hay cumbres de tres mil metros que antaño eran refugio de gallinetas blancas donde viven los armiños aprovechando la cantidad de alimento que dejan los turistas. Las aves sucumben o desaparecen. El cambio climático, por su parte, provoca una descompensación entre la muda del plumaje y la presencia efectiva de nieve, con lo que las perdius blancas se hacen más visibles y vulnerables.

Nombre

Lagópodo es un cultismo usado en diferentes lenguas para referirse a este género de especies. Significa ‘pie de liebre’, pues las patas y pies emplumados de la gallineta recuerdan al de la liebre. Gallineta, gallina, gallineta blanca y gallineta ziega son denominaciones propias del aragonés con equivalentes en gascón, la variedad de la lengua occitana que se habla al otro lado del Pirineo aragonés (garia, gariola, garia cega, garia blanca). También, en ambos casos, aunque menos extendida y tal vez más moderna, perdiz blanca, perdiu blanca, en Ribagorza. La comparación con ambas especies es natural, más interesante la primera, gallina o gallineta, porque es coherente con uno de los nombres del urogallo, gallo montesino. Ambas especies pertenecen al mismo grupo, los tetraónidos, subfamilia de las aves galliformes.

Topónimos

En la toponimia, en el macizo de Collarada, se halla O Corral d’as Gallinetas Ziegas, un rincón de alta montaña, donde cuentan los pastores que se veían grupos de 30 ó 40 individuos. No lejos de ese lugar, está A Fuen d’a Gallineta, que hace referencia, según la gente de la zona, a esta misma especie. En el valle de Benás / Benasque, está la Tuca del Gallinero (2.728 m.). Hay dudas de si ese topónimo viene del gallinot o gallinazo ‘calima’, relacionado con las nubes que, en ocasiones, cubren el pico; o bien se debe a ser un lugar bueno para las gallinetas, que, en efecto, lo fue, tan bueno que en sus laderas se cazaban en abundancia. Más tarde, las pistas de esquí y el turismo las relegaron. De hecho, una de las pistas de esquí que descienden del Gallinero lleva el nombre castellanizado de Perdiz Blanca. No lejos del Gallinero está la Tuca del Perdiguero, de 3.221 m. de altitud. En sus alturas se pueden encontrar gallinetas blancas, pero sus tascas son más propicias para los bandos de la perdiu charra, perdiz charra o fresana (Perdix perdix), una especie de perdiz de montaña, en el Pirineo, más abundante que la perdiu blanca. Es más fácil, pues, que el topónimo se refiera a esta otra perdiz. Otros montes con nombre de Gallinero se encuentran en los valles de Broto y Chistau.