Oriolus oriolus L.

ARAGONÉS                       Cagadaga
CASTELLANO                   Oropéndola
CATALÁN DE ARAGÓN   Tiruliru, papafigo figotero

La cagadaga es un pájaro mediano, del tamaño de una torda, entre 22 y 25 cm. El macho es más llamativo que la hembra, como suele suceder en las aves. Exhibe un contraste entre un cuerpo y cabeza de color amarillo brillante, y alas y parte de la cola negros, muy vistoso. La hembra atenúa el contraste con tonos verdes en lomo y cabeza, y pecho blanco. Los jóvenes son verdosos.

A pesar de ser el macho un ave tan llamativa, es difícil de ver, pues vuela entre las copas de los árboles, en vuelos rápidos y cortos, escondido en el follaje. Es mucho más fácil de oír. Vive en bosques caducifolios, especialmente en los de ribera, como las choperas. En Aragón está presente por todo, salvo en la montaña pirenaica o en la depresión del Ebro, allí donde faltan sotos y bosques en los que habitar. Se puede encontrar en verano, no en invierno, pues es una especie que pasa la estación fría en el centro y sur de África.

Dr. Raju Kasambe / CC BY-SA
(https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)

Come insectos, escarabajos, saltamontes, avispas, orugas, arañas, mariposas, pequeños moluscos y frutos (cerezas, moras, higos, etc.). Tiene para ello un pico recio, largo y puntiagudo.

A partir de mediados de marzo llegan los primeros tirulirus a Aragón, después de un larguísimo viaje de miles de kilómetros. En mayo ya están las aves en su área de cría, faena que tienen que hacer sin tardanza, porque en agosto retoman el viaje hasta el África tropical.

Los nombres comunes de la cagadaga son variados en todas las lenguas y obedecen a tres características, su color, su canto y sus costumbres, cuando no a dos de ellas al mismo tiempo. En catalán común, se llama oriol, del latín dorado (aureolus), como el nombre científico, palabra que recuerda al canto y muy parecida a la descriptiva tiruliru. Tiruliru es voz cercana al ribagorzano garabiu o al semontanés taranlara y tranlarala o dorotín doroteo. Papafigo, por su parte, describe uno de sus bocados favoritos, pero, como oriol, tiene un aire onomatopéyico. Otra palabra, molinero, se debe a que en parte de Sobrarbe creen que canta una famosa canción popular, O Molinero.

Pero es en los nombres que describen su físico, en concreto, los colores que lo definen, donde encontramos una curiosa polémica que duró más de 2.000 años. Hasta el s. XIX distintos autores discutían por qué Aristóteles, cuando nombraba a la oropéndola la llamaba chlorion y chloreus, diciendo que era un pájaro verdoso de tamaño de una tórtola, que llega a Europa en verano. ¿Cómo podía llamarlo chlorion ‘verde’, si era amarillo (oriolus)? No era muy complicado. Aunque se deja oír, el macho no es fácil de ver, pero sí, sin embargo, la hembra y los pollos que andan por el nido y que, por cierto, formaban parte de algunos platos tradicionales mediterráneos. Lo que se aprovechaba y comía no era amarillo, sino verde (chlorion), y de allí viene otro nombre aragonés de la especie, collorín, que se describe, precisamente, como un animal del tamaño de una torda, verde. Aristóteles resucitado.

Más tirurirus:

 Tirurirus free, no es una asociación de aves libres, sino un grupo aragonés de música folk. Escucha su canto: