Lutra lutra L.

ARAGONÉS                       Loira, luria
CASTELLANO                    Nutria
CATALÁN DE ARAGÓN    Llúdriga

La loira es un mamífero carnívoro de esbelta figura. Pasa del metro de longitud de la que una buena parte corresponde a una robusta cola, timón experto que le permite moverse dentro del agua con gran agilidad. Las patas son cortas, con membranas entre los dedos, útiles para nadar con más eficacia. Tiene unos largos bigotes, vibrisas, con los que localiza a sus presas en el medio acuático. Las orejas son pequeñas. El color es pardo oscuro por el lomo; más claro, en sus partes inferiores; y blanco, en garganta y mejillas. El pelaje es denso, lustroso, impermeable. Puede llegar a pesar 10 kg.

En el s. XX llegó a desaparecer de buena parte de su área de distribución. Cazada por su piel, que se pagaba a buenos precios, perseguida por su dieta, pues se consideraba competencia de los pescadores, intoxicada por la contaminación, su población disminuyó tanto que todo indicaba que iba a desaparecer de buena parte de Europa. Distintas leyes decretaron su protección. Los ríos se fueron depurando y la loira recuperó territorio. En la actualidad, puede encontrarse, por ejemplo, en las tres capitales de provincia y en numerosas cabeceras de comarca, en los ríos que atraviesan los cascos urbanos, como en Valderrobles, Graus, Sabiñánigo, Jaca o Aínsa, por ejemplo.

La nutria deposita sus heces sobre las piedras en el río; así marca su territorio. Contrariamente a lo que suele ser normal, los excrementos de la loira huelen bien y se pueden manipular sin ascos. Es interesante dejarlos secar, limpiarlos con agua, colarlos y, tras un nuevo secado, observarlos con una lupa. Lo normal es que encontremos abundantes escamas de pez, pero nos podemos llevar sorpresas: trozos de cangrejo, de anfibio, pelos… En la fotografía hay una selección de pequeños huesos recogidos en el río Escarra (Alto Gállego / Alto Galligo). Son todos restos de sapo. Una empresa hidroeléctrica asoló el río tras el vertido de lodos provenientes de un embalse y acabó con la vida del cauce. Al cabo de unos años tan solo los sapos fueron capaces de colonizar el medio. La loira subió ribera arriba y no encontró otra presa que estos anfibios de arrugada piel. Esa fue una prueba que sirvió a los agentes para la protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón para constatar que el río estaba lejos de recuperar su ecosistema original.

Vive asociada al agua donde pesca peces, anfibios, cangrejos u otros mamíferos acuáticos, como la rata de agua, siendo su dieta privilegiada la de los peces. La podemos encontrar, por lo tanto, en las diferentes masas de agua de Aragón. Desde una perspectiva global, se reparte por Europa, buena parte de Asia y Norte de África.

Los rastros de loira son fáciles de localizar en las orillas o sobre las piedras del río. En las orillas, si hay arena fina o barro, se ven sus pies marcados en los que se aprecian los dedos unidos por membranas. Son huellas de buen tamaño, de 6-7 cm. de largo por 6 cm. de ancho, con los dedos separados. En la nieve son fáciles de distinguir; si hay mucha, además marca la cola. En ocasiones, se encuentran toboganes por los que se tira al cauce. Sobre las piedras del río, como se ha explicado, deja los excrementos a modo de señal.

 

Los nombres comunes de la nutria tienen relación con el latín. El castellano nutria procede del latín vulgar nutria y este, a su vez, del latín clásico lutra y el grego énydris-. El aragonés y el catalán, por su parte, conservan la ‘l’ clásica de lutra. Esta parece derivar de una palabra indoeuropea udra, que se relaciona con ‘agua’ en sánscrito. Loira se utiliza en aragonés y en occitano, desde el Bearn hasta el Piamonte italiano (luira), o sea, en buena parte del sur de Francia y una esquina de Italia, además de Aragón.

Si quieres saber más sobre la loira y sus nombres, aquí puedes leer el capítulo de Fendo l’Onso, «Cochos d’aigua…».

Un comercio floreciente

Por las aduanas del Reino de Aragón pasaban en la Edad Media numerosas pieles de loira. Por ejemplo, Arnau Guillem entró por la aduana de Canfranc en el año 1447 lo siguiente: “24 martras por 6 Iibras; e 13 loyras por 10 sueldos; e 10 ginetas por 8 sueldos; e 2 foynas por 2 sueldos; e 5 martas baxas por 3 sueldos; e 50 fulhas d’estanyo por 1 Iibra«. Por su parte, Peyre entró «1  loyra, e 3 melones e 3 dozenas de codas de martras. El todo por 1 Iibra«.  Y Guillem Remón de Begaria, «26 loyras por 1 libra 10 sueldos.» Bertomiu de la Goardera: «miso 1 loyra e 1 foyna e 1 putox por 3 sueldos”.

Las martas o martras eran de la especie Martes martes, muy apreciada en peletería. Más todavía las martras o martas baxas, también llamadas en los documentos medievales aragoneses como gebelins o gibelins, martas cibelinas provenientes de Europa del norte, Rusia o Siberia. Las foynas se corresponden con las fuinas o garduñas, en castellano. El melón es el taxugo, teixón o tejón (Meles meles) y el putox es el turón.

Había en aquellos tiempos otro animal con nombre de loira, cuya piel era objeto de comercio, la loira chica, también documentada como lidrialla. Ambas denominaciones tienen su equivalente en el término latino lutreola ‘pequeña nutria’. Se trata del visón (Mustela lutreola), otra especie ligada al agua que prácticamente se ha extinguido. En el Somontano la conocían en algún barranco de la sierra de Guara con el nombre de turón negro.

Del siglo XVIII tenemos una curiosa noticia sobre las loiras (lueiras), escrito por el cura de la iglesia de Laspuña / A Espuña (Sobrarbe), mosen Juan Mostalac:

…y Lueiras. Estos ultimos son los Corsarios de las truchas, y destruccion de los Instrumentos que los pescadores dejan en los rios para cojerlas: pues las vuscan dentro del Agua, y si las ven en los Instrumentos, para sacarlas, los despedazan. Son de la figura d’un gato mediano lambreño, y largo. Vestidos de pelo canelado y corto, aunque muy prieto, y menudo, y amas del corto, tiene otro, que sobre sale. La coda es peluda y como la del perro chino; de la qual se sirbe, para urgar, y hacer salir los pescados de vajo las piedras. Ha vufidos como los gatos pequeños. Cría en los concabos de la riberas del rio. Vive en la tierra, y en el agua, pues en ambas partes se la ve.”